Los hábitos de consumo evolucionan a gran velocidad. Del mismo modo que nuestra sociedad cambia, así cambian las demandas de los consumidores.
Es habitual que las personas vayamos a un ritmo frenético y nuestro tiempo se convierte en el bien más preciado. Un tiempo escaso que los consumidores no queremos emplear en ciertas tareas como cocinar.
Y es que también es escaso hasta el tiempo que podemos dedicar a comer y, además en muchos casos, debemos hacerlo fuera de nuestro hogar.
A estos factores también debemos añadir que los núcleos familiares son cada vez más reducidos y existe un mayor número de personas que viven individualmente.
Por todo ello, buscamos soluciones de alimentación que nos permitan disfrutar de nuestra comida de forma rápida y con el menor trabajo posible en su preparación. Buscamos alimentos de calidad, asequibles y fáciles de preparar.
La industria alimentaria debe adaptarse a estos nuevos modos de consumo y así lo está haciendo.
Es notorio el auge que en su momento tuvieron los alimentos de cuarta gama, es decir, aquellos alimentos envasados en atmósfera protectora que han sufrido un proceso previo de lavado, pelado y/o troceado y que están listos para utilizar, ahorrándonos tiempo.
De la misma forma, esa demanda creciente queda patente en la proliferación de platos precocinados y los alimentos “ready to eat” (listos para comer), también conocidos como alimentos de quinta gama.
En este tipo de alimentos el envase cumple un papel fundamental ya que debe estar preparado para suplir correctamente las necesidades del momento de consumo, es decir, que el alimento pueda ser calentado o incluso cocinado en el propio envase, mediante el uso del microondas o en el horno y cumplir su función de forma segura para la salud del consumidor.
Propiedades de los envases para microondas
Además de un diseño atractivo, capaz de mostrar la mejor cara del alimento que contiene, así como de informar al consumidor, los envases aptos para el microondas, por sus características de consumo, deberán tener ciertas características:
- Resistencia física:
Un envase óptimo debe estar diseñado para soportar sin daños todos los procesos físicos inherentes a su ciclo de vida (manipulado, apilado, transporte, etc.). Para ello el plástico es un gran aliado ya que permite crear envases estructuralmente óptimos con un peso muy reducido.
- Resistencia térmica:
Para que el alimento pueda ser sometido a altas temperaturas, su envase debe estar fabricado en materiales termoestables que no se deformen o rompan al ser calentados, ni transfieran sustancias indeseables al alimento debido a la temperatura.
Debemos tener en cuenta que algunos envases de alimentos en conserva son sometidos a procesos de conservación del alimento que implican un aumento de su temperatura, como son la pasteurización o el autoclave.
- Capacidad de conservación:
Con el fin de alargar la vida útil de un alimento y que se conserve en perfecto estado hasta su consumo, algunos alimentos son envasado en atmósfera protectora, reemplazando el oxígeno de la atmósfera por una composición de gases que mejorará estas propiedades. Para ello, se utilizan generalmente materiales plásticos de alta barrera.
- Facilitar el consumo:
En muchos casos, este tipo de alimentos son consumidos fuera del hogar por lo que el propio envase debe ser plenamente funcional para el momento de consumo. Los envases deberán tener una fácil apertura, a la vez que mantener perfectamente sellado el alimento. En algunos casos el propio envase es el recipiente donde se consume, sin utilizar platos o menaje adicionales, por lo que el diseño también es un factor importante.
- Ser sostenibles:
La sostenibilidad de los envases es un requisito indispensable hoy en día. Crear envases con el menor impacto medioambiental posible se ha convertido en una necesidad inherente para las marcas y los consumidores. Para ello tiene vital importancia aspectos como el ecodiseño, minimizando la cantidad de material, facilitando la reciclabilidad de los componentes del envase o el uso de materiales reciclados.
¿Por qué no debo calentar algunos envases plásticos?
Es posible que no seamos conscientes que no podemos meter al microondas todos los envases plásticos.
Esto se debe principalmente a dos motivos, el primero y más importante es que ciertos materiales plásticos, al ser sometidos a altas temperaturas, pueden liberar algunas sustancias que pueden ser perjudiciales para nuestra salud como el Bisfenol A.
Por otro lado, algunos plásticos pueden tener puntos de fusión más bajos, lo que provocaría, al ser calentados, deformaciones o incluso roturas en el propio envase.
¿Qué plásticos son aptos para microondas?
Para conocer qué envases son aptos para microondas, lo primero que debemos identificar en un envase plástico en contacto con alimentos es el símbolo de la copa y el tenedor, un distintivo normalizado de la Unión Europea que nos indica que ese material es apto para uso alimentario.
Para conocer el tipo de material plástico con el que ha sido fabricado un envase existe una codificación numérica, formada por un triángulo formado con flechas en sentido circular y un número identificativo del material que va del uno al siete.
Si el envase va a ser sometido a altas temperaturas (horno o microondas) deberá haber sido fabricado en Polietileno de alta densidad (símbolo número 2) o en Polipropileno (símbolo número 5).
Envases microondables personalizados
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