Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico que se desprenden de las botellas, los envases y la ropa que utilizamos a diario.
Aunque no hay acuerdo sobre el tamaño a partir del cual un pequeño fragmento de plástico se considera microplástico, podemos decir que son porciones de pocos milímetros o, incluso, menos.
Cuál es el origen de los microplásticos
El uso habitual de los objetos de plástico que nos rodean provoca la aparición de pequeñas partículas que acaban en el medioambiente de distintas formas.
En este sentido, podemos decir que hay 2 vías de formación de estos restos: los microplásticos primarios y los microplásticos secundarios.
Vamos a ver en qué se diferencian.
Microplásticos de origen primario
El uso habitual de objetos cotidianos como la ropa sintética o circular con nuestro coche por las carreteras, genera estos residuos de origen primario.
Surgen de la degradación normal de los objetos que tenemos a nuestro alcance.
Por ejemplo, con el lavado de la ropa que contiene en su composición materiales como poliéster, acrílico y nylon entre otros.
El centrifugado de la lavadora provoca pequeños desprendimientos de estos tejidos que acaban en el desagüe al final del proceso de lavado.
Y aunque podamos pensar que es una aportación menor, en realidad es para tenerla muy en cuenta.
Porque se calcula que hasta el 35% de los microplásticos de origen primario lanzados al medioambiente, acaban en nuestros ríos y mares haciendo un largo viaje desde nuestras lavadoras.
Además, como ya hemos adelantado, la circulación con nuestros vehículos produce una degradación de los neumáticos que acaban desprendiendo parte de su material. No hay más que ver cómo se desgastan los neumáticos, para imaginar dónde acaba esa parte que le falta.
Pero esta no es la única forma en la que se generan. El origen secundario es el que más peso tiene en la contaminación de nuestro entorno por este tipo de partículas.
Microplásticos de origen secundario
Decimos que un microplástico es de origen secundario cuando se degrada a partir de objetos como botellas y envases de todo tipo.
Incluso, las redes de pesca contribuyen a generar este tipo de contaminación en nuestras aguas.
El abandono de basura en nuestros campos, ríos y playas acaba siendo una lacra para la salud de nuestros mares. Por eso son tan importantes las campañas de concienciación y respeto por la naturaleza. Además de la recogida de desperdicios abandonados.
Si todos ponemos nuestro granito de arena, acabaremos con una de las fuentes de contaminación más importantes del planeta.
Consecuencias de su liberación en la naturaleza
El principal problema es que estos pequeños trozos contaminantes llegan a la cadena alimenticia a través de los ríos y los mares.
Allí, los animales los ingieren y pasan a formar parte de su organismo.
En ese momento comienza el problema para ellos, pero también para nosotros, porque como consumidores de pescado, tenemos muchas probabilidades de que los microplásticos acaben en nuestro organismo.
Pero, ¿cuáles son las consecuencias de que los microplásticos acaben en el mar?
Riesgos para la salud por microplásticos
Lo primero que tenemos que saber es que, al llegar a nuestro intestino, no se degradan. Lo que ocurre es que se dividen en partes aún más pequeñas, integrándose en nuestro cuerpo.
Aún no conocemos las consecuencias de esta contaminación en el cuerpo humano. Pero los aditivos y sustancias químicas que contienen no son el mejor compañero de viaje para toda nuestra vida.
Por eso, es responsabilidad de todos: gobiernos, industria y consumidores, tomar las medidas que estén en nuestras manos para frenar esta contaminación silenciosa.
Y es que se estima que los plásticos de un solo uso pueden tardar hasta 1000 años en descomponerse y desaparecer.
¿Este es el legado que queremos dejar en el planeta a nuestros hijos?
La contaminación por microplásticos es un asunto nuestro y de todas las generaciones que nos seguirán. Por eso, debemos actuar cuanto antes para frenar este problema medioambiental y de salud general de nuestros ecosistemas.
Soluciones para frenar su emisión al medioambiente: OCS Aenor
Una de las iniciativas más importantes a nivel global que está llevando a cabo la industria del plástico es la certificación OCS de AENOR.
AENOR es la Asociación Española de Normalización y Certificación, y es la encargada en España de conceder el Certificado OCS (Operation Clean Sweep).
Esta certificación surge de la preocupación de la industria de los plásticos y de su compromiso para reducir el impacto de los microplásticos en nuestro entorno.
La pérdida de estas partículas en el proceso de fabricación, en el transporte, uso, transformación o reciclado, se conoce como granza. Aunque también pueden liberarse en forma de escamas o polvo.
El objetivo de esta certificación es reducir a cero este tipo de pérdidas en toda la cadena de fabricación, logística y gestión de los residuos.
Qué tipo de empresas pueden certificarse
El programa OCS está orientado a todas las empresas que quieran controlar sus procesos de forma voluntaria para evitar la liberación de microplásticos.
En España, ANAIP es el titular de los derechos de los OCS, por lo que toda empresa que esté interesada deberá ponerse en contacto a través del formulario que proporciona en su web.
Se pueden certificar todas las empresas interesadas. Siempre y cuando pertenezcan a la cadena de fabricación, distribución, comercialización o reciclado de materias primas sintéticas.
Qué medidas incluye la certificación OCS
El objetivo principal es frenar la fuga de granza a nuestro entorno: campos, ríos y mares.
Y esto requiere atravesar varias fases:
#1. Aceptar el compromiso “cero pérdidas de granza” marcado por los OCS y darle prioridad dentro de la organización.
#2. Analizar el volumen real de pérdida y las medidas a tomar para evitarla.
#3. Aplicar las medidas necesarias para cerrar los puntos de fuga.
#4. Concienciar al personal de la empresa y transmitir unidad para alcanzar los objetivos.
#5. Hacer los controles y seguimiento necesarios para comprobar que se cumplen las medidas adoptadas.
Más de 220 empresas en España ya forman parte de este programa, junto a las 1.500 que lo han hecho en Europa.
Además, la inclusión de la certificación OCS se potenciará gracias al apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y de la Subdirección General para la Protección del Mar del MITECO.
En Envaplaster somos conscientes de la importancia de contribuir al cuidado del planeta. Por eso, nos hemos adherido al programa OCS.
Conocer qué son los microplásticos y su impacto en nuestro entorno, es fundamental para delimitar el problema.
Solo así, podremos aplicar medidas que frenen la contaminación primaria y secundaria que provocan este tipo de residuos.